Escondido en el barrio de Pacífico se encuentra el único Hospital del juguete de Madrid y de toda España.

En esta época de consumismo, donde lo más fácil es tirar cada cosa que se estropea y comprar una nueva, el Maestro juguetero Antonio Martínez devuelve la vida a miles de juguetes rotos.

Allá por el año 1945, Rivas y Martínez fundaron la empresa RIMAR, dedicada a la fabricación de juguetes artesanos de madera, cartón o chapa. Pero cuando el plástico hizo su aparición en la década de los cincuenta, todo cambió.

Sin embargo, los padres de Antonio consiguieron adaptarse y comenzaron su dedicación a la restauración del juguete antiguo. Así es como llegaron a ser el servicio técnico de marcas tan conocidas como Famosa, Rima, Paya o Hnos. Berenguer. En la Feria internacional del juguete consiguieron algunos premios como el Aro de plata en 1973 por el “Coche loco”. A partir de 1985 adoptaron el nombre con el que se les conoce actualmente.

Premios de Rimar

El Hospital del juguete es un pequeño local sin ninguna presunción estética, que pasa totalmente desapercibido cuando paseas por la calle. Su interior acoge un minúsculo mostrador y un amplio taller en donde se acumulan cada una de las piezas que esperan ser tocadas por su mano experta. Muñecas que han perdido un brazo o una pierna, coches eléctricos que han dejado de funcionar o piezas de porcelana fracturada. Todo tiene arreglo porque este artesano no da un caso por perdido, aunque el juguete se encuentre en muy mal estado.

Taller del Hospital del Juguete

Como las marcas de juguetes ya no fabrican repuestos, Antonio tiene que fabricar él mismo cada una de las piezas que necesita. El amor por su trabajo le lleva a una dedicación exclusiva de muchas horas. «Desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche, nos dice Antonio».

Juguetes que llegan de toda España pertenecientes a personas que valoran lo hecho a mano y que quieren dar una segunda vida a los tesoros de su infancia.

Además, en este hospital hacen y mantienen maquetas de trenes tanto para empresas nacionales o internacionales.

Como si de un centro de adopción se tratara, algunos de estos juguetes esperan que alguien los compre y los lleve a su casa.»Algunos pertenecen a coleccionistas, nos relata Antonio, que se deshacen de sus colecciones». Muñecas de porcelana, Geypermanes, Juegos reunidos Geyper, y hasta un teleférico que aún funciona. Un retroceso en el tiempo que nos conduce a los años más felices de nuestra vida.

Antonio nos cuenta que ya ha cumplido 66 años, pero que mientra el cuerpo aguante, él seguirá con su taller. Sus dos hijos no trabajan en el negocio familiar, así que ¿quién seguirá con su labor artesanal y “humanitaria” en un futuro? Esperemos que este tipo de rincones no desaparezca de Madrid.

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Nombre: Hospital del juguete

Dirección: Calle Granada, 36

Metro cercano: Pacífico/Menéndez Pelayo

Web: http://www.hospitaldeljuguete.com/